Desinfección efectiva y sostenible de virus y bacterias

Los agentes infecciosos aerotransportados son partículas pequeñas que flotan en el aire y alcanzan las vías respiratorias a través del aire que respiramos. Sin embargo, la vía de transmisión por aire de los patógenos son las gotas. Por ejemplo, los agentes infecciosos acompañan las miles de gotas minúsculas que se forman al toser o estornudar.

Los agentes infecciosos pueden también pegarse a las superficies y moverse de una superficie a otra. Cuanto más gente toca una superficie, más aumenta el riesgo de que estos patógenos lleguen a ser transferidos de una superficie a otra. Un buen ejemplo es pasar desde una manija o grifo a la mano de una persona. Debido a esto se recomienda que nos lavemos las manos con frecuencia y atención.

Algunos patógenos pueden sobrevivir varios días en las superficies donde han llegado y pueden continuar la propagación de la infección. En metales fríos, los patógenos pueden sobrevivir hasta tres días.

La mayoría de los virus, las bacterias y los microorganismos pueden ser neutralizados por desinfectantes. El ozono es uno de los más fuertes desinfectantes disponibles.

La ventaja del ozono es que desinfecta con facilidad tanto el aire como las superficies difíciles de alcanzar. El ozono, que ya se encuentra en forma gaseosa en condiciones ambientales normales, es simplemente mezclado con el aire y, de esta forma, descompone y neutraliza los microorganismos, virus y bacterias peligrosos, en aire y en superficies, incluso en las que son difíciles de alcanzar.

La efectividad (el grado de neutralización y descomposición) y la rapidez de la desinfección dependen de la dosis aplicada. La dosis es una función entre la concentración de ozono y el tiempo de exposición (valor CT). Hay diferentes tipos de virus y bacterias. Existen diferencias entre el nivel de resistencias que tienen contra los desinfectantes.

La concentración incrementada de ozono resulta en una más alta tasa de neutralización de los virus mientras el tiempo de tratamiento necesario se reduce.

El tiempo límite de exposición al ozono, de 8 horas, para personas que se encuentran en un espacio laboral se aplica en condiciones de concentración de 0.1 ppm y está reglamentada por las leyes y autoridades locales. Para la desinfección con ozono, la concentración sobrepasa el límite de 0.1 ppm. Por lo tanto, en tales condiciones no se debería permanecer en habitaciones bajo tratamiento con ozono. Después, hay también que asegurarse de que el exceso de ozono se elimina mediante la ventilación antes de volver a entrar en la habitación. Esto se hace simplemente dejando las ventanas abiertas o, si no es posible, dejando que la ventilación funcione durante una media hora.

El ozono se degrada rápidamente y neutraliza los virus y bacterias dañinos en el aire y en las superficies, incluso en las superficies difíciles de alcanzar.

El único requisito es que el aire/las superficies tratadas estén encerradas en una habitación. El tratamiento de aire contra los virus y las bacterias se hace, por ejemplo, en hospitales, centros sanitarios, en autobuses, taxis, trenes, escuelas, ambulancias y restaurantes.